lunes, 14 de noviembre de 2011
CENIZA SALOBRE- Álvaro Suescún
Gustavo Ibarra Merlano, en sus charlas con Álvaro Suescún (Ceniza salobre: Entrevistas con Gustavo Ibarra Merlano. Cartagena, Ediciones Universidad Tecnológica de Bolívar, 2009), no habla de sí mismo, seguramente fiel a su idea de vivir alejado de las alharacas de la fama o como dice Miguel Iriarte, en el prólogo: “Su vida y su obra las hizo al margen de casi todos nuestros patrones conocidos” (11). Así, habla de otros —Héctor Rojas Herazo, Jorge Artel, García Márquez…—, aunque quizás eso se deba también a la orientación periodística y cultural de Suescún, de hacer que sus entrevistas con Ibarra Merlano vayan dirigidas a iluminar la vida de esos tres grandes creadores mencionados, sin abandonar que el lector se lleve igualmente un profundo perfil del entrevistado, sobre todo en las tres últimas partes en las que nos enteramos de la producción y personalidad de Ibarra Merlano, tomando como temas el cine y la poesía, y una de sus manías, la depresión o melancolía.
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